domingo, 11 de octubre de 2009

La humillación

Me persiguen hasta el ultimo día de mi vida, sin escape sumado a la desesperanza de encontrar salida en el callejón, miro hacia atrás, todavía los veo aunque no me atrapen cada vez están mas cerca, alguno llega hasta mis oídos y me susurra alguna palabra que no logro comprender, otros me mueren el pecho sin dejarme marca alguna solo una horrible sensación en el alma que cada vez pide por salir.
Trato de sacarme la piel y este maldito cuerpo para correr mas rápido sobre los charcos de agua que jamás se secan, intento y muero en el mismo, lo único que logro es sangrar por la piel que al parecer tienta mas a esa gente que no se ni de donde salieron. En el preciso momento que desarmo un pensamiento soy capaz de olvidármelo, no hay sonido, mi música no suena en la garganta, solamente gritos de hambre se pueden escuchar, las personas de los balcones que se encuentran asomadas ríen ante mis suplicas, algunos apuntan a escupirme teniendo suerte de vez en cuando.
Mi desesperación es dueña de si misma por lo tanto de mi también, la posibilidad de parar y enfrentar no existe o es inauténtica debido a la cobardía, no hay esquina presenta, el callejón se transformo en un túnel oscuro, ecos, injurias, risas y su propia pasión – que no logro por entender – de atraparme. A veces la vida te entrega el peor castigo o en realidad uno se castiga por el infame motivo de tranquilizar a la conciencia, entonces es ahí donde nadie te puede ayudar, en donde realmente esta solo, porque tus demonios son tu creación, tu ilusión, dando lugar al temor de tu propio yo, separando al ser del hombre donde este ultimo apunta y disparar sin matar al ser, llevándolo al sufrimiento eterno en la finités de la existencia, naciendo lo absurdo en uno mismo. Pero en este momento solo puedo correr, el túnel cada vez se achica mas llevándome a arrastrarme, y esta es mi situación arrastrándome por una salvación en la persecución misma. Mis rodillas se lastiman, las manos se clavan en el vidrio dejando astillas que no dudan en clavarse mas profundamente hasta tocar los huesos, esperando encontrar algo mas cuando no lo hay, pero el sufrimiento sigue, y no puedo detenerme a sacarlas tanto porque me van a alcanzar y porque se que hay mas vidrios en el camino.
Ya sin mucha velocidad rompo el llanto, me desangro me atrapan, me toman de los tobillos, me tiran hacia atrás, hacia donde no quería volver, ¿pero que mas puedo hacer? Si ya estoy muerto en vida, si lo único que queda es mí ser castigo.
Giro, y reconozco a esas personas, son mi yo, me veo a mi, una, dos, tres, cuento hasta 14 o 20, no puedo retener el número. Vuelvo a estar fuera del túnel, y los golpes comienzan, se orinan en mí. Logran arrancarme la piel, solamente me encuentro gritando, provocando las risas de aquellos en los balcones, que son iguales a mi también. Uno de mis captores me pregunta - ¿Donde esta?, ¿donde esta? Por fin muero.

3 comentarios:

  1. sentirse atrapado en situaciones de deseperación o de simple inercia es espantoso... en este momento me identifico con vos.. yo tambien siento que corro y que el tunel se achica...

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  3. muy lindo tu blog

    bienvenido!!!

    http://sucuboscreo.blogspot.com/

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