sábado, 10 de octubre de 2009

Mi ser extraordinario, el ordinario

Me imagino a un hombre capaz de ser el mismo, y a medida que se trasciende en el futuro sobre si mismo, se supera, siendo lo que es, pero con una mayor conciencia de las cosas que ideas de las cosas, un hombre menos belicoso aun así guerrero sobre si mismo, un hombre sin miedo, sin esperanzas, que no sea cobarde, si pretende cambiar que no sueñe, solo proyectando será capaz de todo, un hombre sin respuestas pre-existentes a él, donde descubre todo ese caos que lo impresiona.
El que arriesga no es el esperanzado, el que arriesga es aquel que esta dispuesto a ganar y sobre todo a perder. El poder donde el nace y lo hacen que se revele, no con palo sino con conciencia en donde asume su responsabilidad en donde se incluye en toda regla que crea no así estableciendo una barrera un escudo, en donde el sepa que puede ser uno mas, porque hoy día ya nadie se pregunta ¿Quién sabe si?
El es situación, el hombre es el ser-en-situación, y si frente a sus posibles o en un condicionamiento se encierra en si mismo solamente para alucinar creyendo que en la idea en el burdo sueño va a cambiar las cosas ese hombre es cobarde. El ser-en-situación es aquel hombre capaz de asumir ese momento de angustia en donde con gallardía fundamenta y justifica su libertad, en donde se enfrenta a aquel ser petrificado por el futuro inminente o no que sabe que va ser el mismo. El ser-en-situación es el valiente ser-subjetivo, lo objetivo solo es para-si, aun así conociéndolo no lo impone, talvez me digan que pretendo que el hombre se aísle, aun así es todo lo contrario, ese aislamiento, esa elite, y ese stablishment se logra, y se logró, imponiendo esa objetividad exterior a él. No existe tal cosa, la roca es roca para mi en tanto que yo la descubro, en tanto que la comprendo, no en tanto que me dicen que eso que existe ahí es una roca, porque sino repito lo escuchado, y no digo lo que conozco, lo que conozco es lo que comprendo porque la conciencia es eso, la comprensión que infecta a esa nada. Aquí nos encontramos con el famoso consejo de: no estudies de memoria.
Aquel ser-en-situación, donde se responsabiliza en donde es inocente deviniendo en culpa – sabiduría – es mi ser extraordinario, el ser-conciencia, el hombre que al conocer, comprende, y no señores no se aísla, se une con el mundo con el hombre mismo, porque el hombre es algo para conocer también ontológicamente, y al comprender al hombre - posteriormente conocerme a mi obviamente -, lo comprendo porque tengo conciencia de hombre y me relaciono y soy con los demás en tanto primero yo. La idealización del hombre, de cómo debe ser el hombre es lo que llevo a la lucha de clases, al odio por el ser-humano, y si me permiten corregir o aclarar, seguramente piensen, que yo estoy idealizando de como debe ser el hombre, a lo que les respondo: ese hombre extraordinario del cual les hablo, ese hombre-en-si que no teme al para-si-mismo todo lo que hace: es el hombre ordinario.
Mi único motivo y deseo es que él sea lo que es comprendiéndose a si mismo, no a donde tiene que apuntar, o como debe ser, ya que si cada uno proyecta hacia algo que no es entonces no es sino un idiota porque nunca lograra tener conciencia de él.

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