martes, 17 de agosto de 2010

Justificación

´´ La civilización no ha hecho al hombre más sanguinario,

pero sí más vil, más cobardemente sanguinario.

Tiempo atrás, el hombre se consideraba

con derecho a derramar sangre:

con la conciencia perfectamente tranquila,

suprimía a quien se le antojaba. ``

Fedor Dostoievski.

´´ Los peligros y los males vienen siempre del otro lado,

del que uno no los espera y en esos casos

el miedo no nos sirve para nada``

Juan José Manauta.

A lo largo de la historia universal del hombre y en lo que nos respecta a nosotros, es decir, la historia Argentina se ha caracterizado por buscar una excusa para llevar a cabo las peores formas para el orden de la Patria, o para concentrar el poder en mano de unos pocos. Por la unificación nacional, para la pacificación del pueblo se han encontrado diversos modos que oscilan entre lo terrible y lo cruel como condición no de posibilidad sino necesaria para el derramamiento de sangre y que todavía en el presente esas ideas se prolongan, se extienden del pasado hasta el hoy y esos pensamientos, o racionalizaciones chapotean en sangre aún.

En la continuidad de la historia vemos hombres y mujeres sedientos de sangre, que no se animan a matar, como bien dice el gran escritor (para mi filosofo) Fedor Dostoievski, de sujetos cobardes que exigen al Estado para que la sangre fluya a raudales. A su vez está la muerte, la matanza sanguinaria resulta ser una condición necesaria para lograr un fin, debido a que no se mata por matar ni se hace morir a unas personas simplemente o bajo tormento sin ningún pretexto. Se necesita matar para lograr un objetivo puesto como una causa superior a comparación de las masacres y se pueden lograr las masacres por a una justificación, así, queda de por si ella misma como algo comprensible. En efecto, no ocurrieron por una plena contingencia los horrores que el mundo y la historia misma se ocupa muy bien de mostrarnos. El genocidio nazi, los campos de concentración de toda la Alemania Nazi, de la misma manera los de la ultima dictadura cavernícola argentina del año ´76. La matanza de los indígenas y por matanza quisiera que se comprendiera bien: entre 30 y 40 millones de indígenas se mataron en todo el continente americano gracias a la mundialización del sistema de producción y acumulación capitalista devenido en una economía-mundo y luego sistema-mundo. Fue necesario ¿Cómo no iba a ser de esa forma? A los judíos no se les podía permitir seguir existiendo, eran demasiado inteligentes para el mercado nacional alemán. Lo mismo ocurrió aquí, a los militantes de todos las organizaciones de de izquierda hasta los mas radicalizados, La Tendencia, Montoneros, La Juventud, el Erp, etc. Ya habían tenido su primavera Camporista, ya habían devorado toda la sociedad civilizada, la negrada peroncha, ya se los había dejado tomar la bastilla (devotazo), pero desde ese momento en adelante se acabó. Se acabó. Los verdugos tenían un plan, y toda aquella chusma, todos los cabecitas no podían estar en la vida política-económica-social del gran pueblo, porque sus ideas eran contrarias a las de ellos, los defensores del País, los reorganizadores. Los zurdos debían morir por la patria, ella lo exigía, ellos se sentían y eran los dueños auténticos de la casa que había sido tomada y el plan consistía en ser liberal por lo tanto tenía que llevarse a cabo, la izquierda no iba a dejar, debían desaparecer. El gran dictador lo reconoció, no se podía decir que se fusilaban porque iban a surgir las preguntas.

En realidad se equivoca el gran escritor-filosofo en pensar que se suprimía a quien a uno se le antojaba. No, es la oposición de antojo. No se puede pensar esa antinomia, porque nos implicaría caer en una trampa, en un error conceptual, nos desvía de lo que fue cierto y lo seguiría siendo porque el pasado no se tuerce el pasado como la historia, pese a muchos, es para siempre. No se pueden aceptar la teoría del cerco ni la `` ´´teoría de los dos demonios`` porque no se puede ser ingenuo, ni cómplice, respectivamente.

Pero para poder lograrlo, es decir para justificar el accionar de la maquina asesina fue y todavía sigue siendo necesario para hombres y mujeres de espíritu tanto de impunidad por la ansia de acumular todo el poder y para los viles cobardes, es menester un pathos. Entendamos por este vocablo aquel derecho sin ser cualquier derecho sino uno que se siente en lo profundo del alma y se torna obligación, por definición: pathos para matar (derecho). Y por otro lado existe un ethos (punto de partida) el cual es la construcción del enemigo, nominarlo como tal. Por ejemplo cuando Domingo F. Sarmiento escribe en Chile el ´´Facundo``, y en realidad la tesis central no es la vida y obra de gran caudillo Quiroga es en verdad civilización o barbarie. Describe a la misma como sanguinaria, terrible: lo salvajes incultos de la pampa que atentan contra el progreso de la razón, que no aceptan la racionalidad o majestuosamente se refiere a Facundo Quiroga y a Juan Manuel de Rosas denunciándolos con que destilaban sangre y crímenes. En ellos dos construye al enemigo de la civilización, de todo aquello que esta en la vereda de enfrente de la culta Europa. No obstante avanza mucho mas allá de aquellas figuras los describe así, de aquella forma exacerbando la crueldad por parte de ellos, porque le es preciso hacerlo notar como una propiedad inherente al bárbaro para mas tarde hacer notar - en el libro - la casualidad que brota de todos los hombres que se crían y se forman como hombres en la naturaleza tales como: la horda de tártaros en oriente o haciendo mención al color rojo que esta clase de hombres utiliza, un ejemplo: la divisa punzo que vestían los federales por obligación de Rosas y esto sucede porque considera estas coincidencias como producto de que estos hombres no se hayan separado de la naturaleza. Y si a esto le agregamos que ser culto en Buenos Aires era ser culto a la europea es evidente que habrá leído a Hegel el opulento Sarmiento. Hegel en la Lógica escribe que ´´La naturaleza es el punto de partida para lo que hay que transformar``, es maravilloso, queda perfectamente aclarado que no solo por la brutalidad del gaucho malo por su condición de ser inculto, por renegar de toda civilización (la europea) sino que por ser también parte de la naturaleza es necesario matarlo, porque es lo contrario al capitalismo, porque atenta contra la Patria, el mismo papel lo protagoniza Mariano Moreno en su Plan de operaciones revolucionarios, en el escribe que es preciso que se derrame sangre en nombre de la patria, a todos aquellos que estén en contra de la causa.

Muchos años luego cuando en plena democracia Camps, el general a cargo de la policía federal de la provincia de Buenos Aires cuyo Gobernador era el general Saint-Jean, el mismo que dijo “Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después (...) a sus simpatizantes, enseguida (...) a aquellos que permanezcan indiferentes y finalmente mataremos a los tímidos”. En la misma línea Camps declaro magníficamente: ´´no matamos personas, matábamos subversivos`` y notablemente El general Jorge Rafael Videla sentencia y con esto queda bien claro el concepto que en este texto se quiere hacer ver: ´´Los ciudadanos no son victimas de la represión. La represión es contra una minoría que no consideramos argentina. ``

No eran humanos, eran salvajes, eran bárbaros sanguinarios, no eran humanos, los indígenas no tenían alma. A lo largo de nuestra historia toda masacre es sustentada bajo los fundamentos de una máxima y los medios para llegar a esa máxima también quedaban garantizados, es decir la manera de llevar a cabo el medio por un fundamento, por una justificación: En efecto, es lo otro, lo que no pertenece, lo que no posee las características de ser humano, todo lo que atenta a la civilización y todo aquello que se aleja de lo culto, incluso de lo cristiano. No hay que ver a la victima como una persona, mejor dicho como algo humano, si se lo ve, al contrario, de esa forma entonces comienzan a aparecer las igualdades. Pero no, no eran argentinos, no eran ciudadanos, eran subversivos, eran bárbaros no eran Incas eran sin alma. Todos ellos en su conjunto era lo que había que suprimir.

Siendo el año 2010, incluso en Democracia, todavía nuestra bendita clase media y clase alta sigue pidiendo al Ejercito, esto son los viles, los sedientos pero aun mas se caracterizan por ser los cobardes. ¿Miedo a quienes? o ¿miedo a que? Hoy son los expulsados, los escupitados: los negros de mierda. Son mierda, nada mas que eso, mierda, por algo uno puede comprender porque se dice ´´hay que matarlos a todos y vas a ver como no joden mas`, porque son mierda que molestan, no son pibes, no son pibas, no son familias, son eso nada. No tienen futuro, no tienen vida, porque la mierda no vive, la mierda esta muerta.

Pero no es odio, muy bien lo explica Sartre en su Reflexión sobre la cuestión judía, cuando habla del antisemita. Se puede volcar todo ese concepto aquí en la argentina con los que están más allá del margen. En realidad ese miedo que se hace odio porque buscan odiar porque son cobardes, porque es un miedo infundado, ya que no hay nada en el exterior que de hecho los haga ser así, son ellos que se niegan aceptar que son responsables y culpables, porque la sociedad entera, toda lo es. Pero se superan, comienzan a odiar, y en el odio construyen al enemigo, y nuevamente la historia se repite. Muy bien Sartre dice: ´´si el judío no existiera el antisemita lo inventaría``, nosotros podemos decir: si el negro de mierda no existiera, el argentino civilizado lo inventaría

Y sin embargo ese miedo es alimentado, potenciado. Es muy clara la formula, si aumento la apariencia del desesperado como siendo él el ocasionante de la inseguridad, claro, si fogoneo la sensación de inseguridad para luego yo presentarme como el que va a solucionar el problema no solo me convierto en el salvador de la city sino que también aumento mi poder y me consolido como tal, de esa manera construyo una nueva fuerza de choque, y me queda vía libre para hacer los cambios constitucionales o contra-vencionales a mi antojo. Tengo que adormecer y anonadar. Construyo una imagen de un nuevo sujeto como lo que se posa contra la civilización y la tranquilidad, le quito toda característica lo haga igual a todo hombre y mujer que sí tiene las posibilidades de desarrollarse y realizarse en la vida. Lo criminalizo, y al criminalizarlo, soy libre con el apoyo de los cobardes, de limpiarlos.

El riesgo de quitarle todo vestigio de humano, de armar una imagen fenoménica que oculta el verdadero problema (la desesperación, la falta de respeto, la carencia en posibilidades, la libertad inútil ya que no pueden ejercerla, el hambre, la marginación, la ignominia aceptada) y tal riesgo implica que aquellas personas corran el riesgo de ser matados, de ser violentados, de que la impunidad vuelva a ser permitida.

Y para que se comprenda mejor el riesgo de secuestrar la condición humana a un individuo, hace poco en una declaración de una victima del genocidio cavernícola asesino de los años ´76 contó que Gustavo Alsina, represor de la ultima dictadura militar les dijo por una ventana mientras estacaban a una mujer: “mirá lo que soy capaz de hacer con todos ustedes”. Peor que a un perro, esto deja a la vista que el ser humano es capaz de ser un monstruo. No se puede permitir la construcción del enemigo basándose en que no son personas. No se puede consensuar con los monstruos, no si se quiere una democracia justa, no se si quiere un poder popular.

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