domingo, 22 de noviembre de 2009

Confesiones de M...

Me enorgullezco de mi odio, de mi bravura, y el respeto a que mi mismo me tengo. Suelo perderme en el ruido de mi propio amor, de mi vanidad, no lo reconozco en algo me asemejo al hombre común, en la cobardía.
Si bien puedo parecer un poco loco, debo admitir que no lo estoy, solo me encuentro enfermo, febril, la piel amarilla, y una espalda que duele. Aun así en plenitud pienso exactamente lo mismo. Trato al mundo como si no fuera mundo, escupo a la gente por ser inferior a mí, por el simple hecho de que… puedo, ¡aja!, ¿si puedo, porque no hacerlo?, entonces voy por la ciudad lleno de cólera, y decido quien camina o quien duerme, quien ríe, o quien es parte de nuestra sociedad, ¡de mi sociedad!
Pero no me culpen por pensar así, ustedes me crearon, yo soy parte de ustedes, si estoy donde no quiere muchas personas, es porque antes de que este y exista mi poder, ellos me pusieron. ¡Viva la democracia!, ahora si pudiera hacer callar a todos, cuan feliz sería, quedarme con los míos, no con ustedes que ya son míos, sino los que son mi sangre, o los que piensan como yo, va pensar, si solo soy un idiota con poder, y como tengo poder soy superior a ustedes los idiotas comunes, simples, trabajadores. Voy con mi camioneta blanca, los miro, los violento, los agredo solo porque puedo, porque me resulta mas divertido ver llorar que la felicidad, porque estoy lleno de odio, de sufrimiento que necesito ser como ustedes, y para ser como ustedes es menester que ustedes sufran por mi propia mano. Que teman ante mis ojos claros, que tengan la piel amarilla como yo tengo en este momento. Si, soy un hombre lleno de rabia, expulso bilis. Mi vileza reinara en el delirio de aquellos hombres justos, de esos románticos idealistas que pretenden que el colectivo sea libre. Hay mucha libertad, no se que reclaman pobres bastardos. Mientras escribo esto estoy en una ria compulsiva, que tengo que secar la baba de mi bigote. Soy un monstruo pero ustedes son Frankenstein, yo soy un enfermo, ustedes son el virus, y como tal voy a ser la cura. Aniquilación para los que no pueden gozar de los beneficios que la vida otorga sin más ni menos.
Llego el momento de la verdad, o de mi verdad, total son mis confesiones y nadie leerá mis pensamientos salvo yo en tanto que no los escriba. Quiero todo, ansío el poder que me corresponde, mi moral será la moral de ustedes, mis valores sean los valores de ustedes, mi visión y mi perspectiva de cómo se tienen que manejar el hombre serán para ustedes la misma. Sin embargo, si no logro que comprendan y compren todo lo que pretendo instaurar, no me importa ya que van a tener que soportarlo igual.

1 comentario:

  1. No voy a tener que soportar o comprar todo lo que pretendas instaurar si existe en mi el mismo odio que te consume a vos. Cuando las estrellas ardan el mundo arderá también y el odio servirá como rama seca para estimular el fuego de la destrucción. Me gustó tu texto.

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