lunes, 30 de noviembre de 2009

Nuevo Sol

En el superlativo intenso silencio enemigo dispuesto a gritar lo que de ahora en adelante será, tratando de contener el nerviosismo para no alterar al alma que pide explotar, que ansía junto al cuerpo saber, tal vez en el instante infinito pero dispuesto a morir para dejar en claro que lo que resta o mejor dicho lo que esta por llegar es el reino de la luz, ahí habrá estado ella. Inclusive sin libertad se encontraría en aquella situación, podría haber estado (imagina este pobre escritor), presa del delirio ensordecedor de la infame espera que siempre odiaremos. Creo saber que hasta podría haber sido capaz de entregar años de su propia vida con el único menester de saber.
Ahí seguramente estaría, quieta con una mano den la cintura, con el pelo negro en la cara mirando a la nada, ansiosa, expectante, sufriendo sin tener bien en claro lo que realmente quería. Entonces fue cuando supo que un sol había decidido empujar dentro de ella, el mismo la obligo a crecer a sanar rápidamente todas aquellas heridas volviéndolas para siempre insignificantes, las prioridades cambiaron. No existe de ahora en mas pisos mojados, ni nubes grises, los excesos se agotaron por la energía que irradia su existencia no como niña, sino como mujer.
De seguro podrá temerle al futuro, sin embargo no habrá necesidad alguna debido a que ese sol exuda vida, solo la nueva mujer debe amar. Cuando ese ser este entre los brazos de ella todo será simple debido a que también estará tocando tu esencia, los problemas desaparecerán todos querrán ser parte de la nueva historia la suya la mas propia que un humano es capaz de tener, no desearan perderse la risa.
Y cuando lo mire durmiendo descubrirá que en libertad no hay error, verá que en la elección hay nuevas formas de posibilidad, en fin, nuevas formas de poder ser feliz, tomará conciencia de que se ha condenado a amar hasta morir. Cuando deje de mirar alrededor para mirar solo lo interno, lo que realmente importa, cuando traspase la sangre y conecte con los rayos de aquel sol, cuando le hable por primera vez a nuestra protagonista, ella misma se dará cuenta que tan solo quedará esperar que el fuego borre las dudas, los temores, que tan solo quedará solamente vivir. Y sin embargo será lo que ambos elijan ser.



A mi gran querida Antonella.
Mis mayores deseos.
Desde aquí te extraño desde aquí te escribo.

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